Restaurante AZAFRÁN

Restaurante Azafrán, Hotel Colon Rambla - Santa Cruz de Tenerife -

Situado en los bajos del edificio Olympo, recibe al comensal con el "ajetreo pausado" del equipo, con el chef Ignacio Hernández, de la cuerda de Adriá, y Óliver Reyes responsable de sala. El espacio se desdobla en ambas zonas pletóricas de actividad: la barra y el reducto del comedor, contaditas las mesas, lo que permite esmero en esta cocina definitivamente de autor.

DIRECCIÓN Y HORARIO
Azafrán, Hotel Colon Rambla.
Le invitamos a conocer nuestro restaurante , el equipo humano, nuestra cocina del mundo.
Reservas: +34 922-28.07.25 634.659.753 Pin BB 22114ABC

Horario: Martes a Sábado
13:00 - 16:00 y 20:00 - 23:00

Situado en los bajos del Edificio Olympo en la Plaza de La Candelaria 28 (frente a Maya), Santa Cruz De Tenerife
Teléfono: 922 282 956

Cierra los domingos. Es conveniente reservar.

EL RESTAURANTE
Fundamento y empeño, dos cualidades que, sumadas a las correspondientes dosis de riesgo para escurrir el muermo en los fogones, conforman una madeja por la que este comentarista se deja convencer.

He de confesar que esta visita al restaurante Azafrán de la capital tinerfeña se hizo esperar -"¡vete, que te va a gustar!", reiteraban los que saben de esto-. En buena hora tuve la ocasión de apreciar esta semana los destellos de un cocinero con solidez y el planteamiento coherente de lo que debe ser la atención en sala.

Llama entonces la posibilidad del siempre loable aperitivo, antes de pasar a la sustancia de una carta meditada, cerveza helada en vaso ancho y unos cortes de queso o jamón.

Al ojear el listado, saltan guiños de gastronomía con base tradicional (caso de unos huevos, papas y jamón ), algunas reverencias a lo oriental (ensalada al estilo thai, con cilantro y aguacate ) y vertientes de mar-montaña con un portentoso pámpano asado al horno con sofrito de chorizo de ibérico y puerro crujiente.

Entre las carnes, amén de un cabrito que desfiló ante mis ojos, resalta el taco de buey braseado, emulsión de pimientos de piquillo y mostaza de hierbas.

Pero hay que estar atentos a las sugerencias del día, que por ahí va canalizado el producto fresco en plaza y la mano de Nacho Hernández a la hora de ensamblar sensaciones. Porque si de este estilo hay que ratificar algo es que apela al sabor.

Contundente, pues, el entrante, con tres versiones del queso de cabra Rocamadour (ensalada, plancha y foie), que enfilaba a más con un tinto Dehesa Gago de Toro que sugirió Óliver.

Para limpiar el paladar, el tartar de atún con melón cantalupo y hojitas de rúcula, ligado todo con una etérea vinagreta. Un conjunto de frescura implícita y emplatado preciosista. Cuestión de milímetros, pues con un troceado menos detallista del pescado y la fruta nota de sobresaliente.

¡Me supo! como se dice por estos lares, ahora con el concepto mar-montaña, vuelvo a decir que arriesgado pero resultado categórico en boca. Presentación nuevamente: una especie de maki o canelón, con un carpaccio de pulpo que envuelve al arroz cremoso, chorizo ibérico y setas cantarelas.

Texturas suaves, sin aristas, apaciguadas con técnica; arroz soberbio y la untuosidad de la grasa del embutido bien medida -tan afinada, que un poco más y se habría consumado la incompatibilidad manifiesta con el fruto del mar-. Una salsa para hacerle los honores, aunque el pan no fue aliado.

Capa de gelatina de lima, bizcocho bañado en ron blanco y un escarchado de hierba buena y menta. La adaptación del mojito cubano en un postre servido en copa termina de rubricar la secuencia con sus contrastes insólitos y divertidos.

Azafrán se sale de la monotonía habitual y se presta a esa frase que siempre desea pronunciar uno: "¡Te voy a traer aquí!".

Ah, para un monográfico sobre ensaladillas dejo en reserva otra especialidad de la casa que me encantó: un bol o vaso grande con el picadillo habitual de la ensaladilla rusa y atún melba. Óliver le da el toque final con la mayonesa y cítricos del sifón.

Francisco Belín

Restaurante Azafrán

 
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de picoteo por tenerife
De picoteo por Tenerife, es una "guía real" de los sitios visitados por el autor, reflejando sus propias impresiones.
No cabe duda de que es una guía auténtica, para tener en cuenta.